Los “rectos abdominales” son los músculos grandes que se encuentran en la cara anterior del abdomen y que van desde arriba hasta abajo.  Una diástasis de rectos es cuando dichos músculos se separan justo a la mitad de cuerpo, lo que ocasiona que la pared abdominal se “levante” al hacer un esfuerzo. No obstante, a diferencia de una hernia, los músculos nunca se rompen, no hay orificios anormales en el abdomen y tampoco se sale ningún órgano del cuerpo.

La diástasis de rectos no ocasiona ningún síntoma o dolor, y tampoco representa un peligro futuro. No obstante, la persona “ve” que se forma una “bola” en su abdomen en cuanto hace un esfuerzo y, aunque no les duele, les preocupa que se trate de una hernia. A muchas personas simplemente no les gusta como se ve.

Ninguna. Como ya hemos dicho, la diástasis de rectos NO ES UNA ENFERMEDAD, es una situación estética. Sin embargo, muchas personas tienen inseguridades o vergüenza en cuento a su aspecto.

El diagnóstico se realiza con la exploración física y normalmente no se requiere de ningún estudio extra. A diferencia de una hernia (que normalmente tiene forma circular o irregular), en la diástasis de rectos se observa una “linea alargada y levantada que va por la mitad del cuerpo, del ombligo hacia la base del esternón”.

Ocasionalmente podría necesitarse un ultrasonido de la pared abdominal para asegurar que no se trata de una hernia.

Dado que NO ES UNA ENFERMEDAD, no se necesita ningún tratamiento y la persona puede vivir sin problemas por el resto de su vida. No obstante, si la persona desea mejorar el aspecto estético, puede operarse.

Actualmente hay 2 tipos de cirugías, en una de ellas se cierran los músculos rectos abdominales mediante suturas. Para hacer esta cirugía hay que hacer una herida grande en el abdomen.

Con la otra técnica se coloca una malla sobre el sitio de la diástasis a fin de que el abdomen quede más plano. Esta técnica se realiza a través de una incisión de 3 cm por arriba del ombligo, por lo que el aspecto estético es muy bueno.

El paciente puede ir a su casa unas horas después de la cirugía e iniciar la dieta de forma inmediata a menos que su cirujano le indique lo contrario. El dolor que ocasiona la cirugía es leve y muy tolerable con analgésicos, los riesgos de infección son muy bajos, y puede regresar a su vida normal en una semana, justo después de retirar los puntos.