¿Cuál es la diferencia entre un Absceso Anal y una Fístula Anal?
El Absceso Anal es una infección súbita, severa, muy dolorosa y sumamente peligrosa que se desarrolla en unos cuantos días y si no se atiende rápida y correctamente puede ocasionar serias complicaciones e inclusive ocasionar la muerte del paciente; por tanto ES UNA URGENCIA. La Fístula Anal es cuando un absceso se reventó pero pasan las semanas o meses y la herida nunca cicatriza completamente y persiste con salida de pus, líquido o sangre; por tanto, es muy incómoda pero NO ES UNA URGENCIA.
Es un túnel anormal que comunica la parte de adentro del recto con la piel alrededor del ano por fuera y normalmente atraviesa uno o varios músculos del esfínter anal. Aparece, casi siempre, como consecuencia de un absceso anal, aunque hay otras causas, como la Enfermedad de Crohn y el Cáncer.
El diagnóstico se realiza con los antecedentes del paciente donde refiere haber tenido un absceso anal que no ha curado; además, puede referir dolor anal y comezón en grados variables. En la exploración física del ano se observan uno o más orificios en la piel perianal a través de los cuales hay salida continua o intermitente de líquido amarillento fétido, pus o sangre. Para precisar el diagnóstico se requiere de tacto rectal y la observación por dentro del recto mediante anoscopía o rectosigmoidoscopía. En algunos casos se puede necesitar un Ultrasonido Endoanal de 360º o una Resonancia Magnética para determinar el trayecto de la fístula y que parte de los músculos del esfínter anal están afectados.
Como la fístula comunica el recto con la piel, y en el recto siempre hay materia fecal, entonces la fistula siempre está en contacto con la materia fecal y, por tanto, infectada. Esta infección constante ocasiona la formación de un callo y ningún callo cicatriza en ninguna parte del cuerpo hasta que se retira; debido a esto, la fístula no puede cicatrizar nunca. Por lo tanto, se requiere forzosamente de cirugía para curarla.
Generalmente la enfermedad solo ocasiona la irritación propia de la salida del pus hacia la piel y pueden pasar años sin que ocurra nada; sin embargo, pueden ocurrir varios episodios de abscesos con dolor hasta que el paciente se opere. En algunos casos la fístula se ramifica y la enfermedad se complica cada vez más.
Como se comentó con anterioridad, una fístula anorrectal requiere forzosamente de una cirugía para curarla. El tipo exacto de procedimiento quirúrgico varía de acuerdo al caso en particular, como por ejemplo longitud, trayecto simple o ramificado, músculos del esfínter anal están afectados, etc., por lo que es indispensable revisar al paciente para determinar cual es la mejor opción.
Los procedimientos que existen actualmente para el tratamiento de la Fístula Anorrectal son los siguientes:
Puede revisar las características específicas de cada una de estas cirugías en nuestra página amiga: www.fistulanal.com.mx
De todas estas, la Cirugía VAAFT Sin Incontinencia, es una de las propuestas mas innovadoras para el tratamiento de la fístula anorrectal. No obstante, no todos los pacientes son candidatos a ella.
Todos estos procedimientos se realizan en quirófano, normalmente con anestesia local y sedación, o bien con anestesia regional (mediante una inyección en la espalda). Cada uno tiene diferentes indicaciones y características, por lo que no se puede determinar cual es la adecuada para un paciente en particular sino hasta después de haberlo revisado adecuadamente. Pregunte a su cirujano que le explique el procedimiento exacto que usted necesita y así resolver sus dudas.
Principalmente son dos: Recidiva e Incontinencia. La recidiva se refiere a que le enfermedad pueda aparecer de nuevo, y la incontinencia se refiere a la salida involuntaria de gases o materia fecal en grados variables. En general, estas complicaciones ocurren en mayor o menor dependiendo de qué tan simple o compleja sea la enfermedad, del tipo de cirugía realizada y de las cirugías previas que tenga el paciente. Además, como en cualquier cirugía, hay riesgos de infección o sangrado, aunque son raros. Pida a su cirujano que le explique los riesgos y probabilidad de presentarlos en su caso particular.
Cada cirugía tiene un tiempo de recuperación diferente, dolor diferente y cuidados particulares; no obstante, después de cualquiera de estas, usted deberá tomar abundante agua y seguir una dieta rica en frutas, verduras y suplementos de fibra, además de cuidados generales sencillos, analgésicos y reposo relativo (no en cama). Su cirujano le informará de algunas otras medidas especiales que usted requiera de acuerdo a la cirugía que le haya realizado.