Incontinencia Anal

La Incontinencia Anal es la salida involuntaria de gases o materia fecal a través del ano. Muchas personas necesitan usar pañales, o bien, dejan de salir de su casa por miedo a “hacerse del baño en la calle”. Aunque es una enfermedad mas frecuente en personas de edad avanzada, también puede pasar en personas jóvenes. Algunas personas piensan que lo que tienen es una diarrea de mucho tiempo  que no se les quita.

Hay muchísimas causas. La más común es porque los músculos del esfínter anal se encuentran cortados después de un desgarro vaginal durante el parto; o bien, por la episiotomía -cortada que se realiza en la vagina para ayudar a salir al bebé.

Los músculos del esfínter anal también pueden estar cortados a consecuencia de una complicación en una cirugía anal.

También puede ocurrir por infecciones anales, heridas en el ano, violación, introducción de objetos en el ano, un parto con un niño de más de 3.5 kg de peso, uso de fórceps, radiaciones para tratar el cáncer, el cáncer mismo, lesiones de los nervios, y muchas más.


De acuerdo a lo grave de la enfermedad, puede haber solo salida involuntaria de gases, líquidos o materia fecal sólida. En ocasiones solo se presenta con los esfuerzos. Otro de los síntomas que la caracteriza es la imposibilidad para aguantarse las ganas de ir al baño (que en términos médicos se llama “urgencia defecatoria”).

Muchas personas necesitan utilizar pañales o apósitos (papel o una toalla sanitaria) para no manchar su ropa interior. Otras toman diariamente medicamentos contra la diarrea en un intento de detener las evacuaciones.

Una de los síntomas mas frecuentes es que el paciente tiene mucha vergüenza por su enfermedad y muchos no lo comentan y se resignan a vivir así por muchos años. Esto es algo muy frecuente en las mujeres que tiene un desgarro después del parto y mas porque sus familiares cercanos (su madre muchas veces) les dice que es algo “que pasa con los partos” y que “así es la vida”. Debido a esto hay una importante pérdida de la autoestima y seguridad en uno mismo.

En el grado máximo, algunas personas inclusive dejan de salir a la calle o de reunirse con sus familiares por miedo a “tener un accidente”.


Lo primero es un interrogatorio cuidadoso para diferenciar si es incontinencia, diarrea crónica o encopresis. Para esto se hacen varias preguntas muy específicas porque las diferencias en las respuestas son muy mínimas y se requiere experiencia para diferenciar cada enfermedad. Lo siguiente es establecer el grado de severidad de la incontinencia con la Escala de Incontinencia de Wexner, que se determina con las preguntas realizadas anteriormente y la divide en Leve y Severa.

Posteriormente viene la fase de exploración física donde se requiere de la observación externa del ano, un tacto rectal y varios estudios especiales de acuerdo a la causa que originó la incontinencia.

Los estudios que más frecuentemente se pueden solicitar son: rectosigmoidoscopía, ultrasonido endo-anal, manometría anorrectal, latencia motora de nervios pudendos, electromiografía anorrectal, videodefecografía y colonoscopía. Estos estudios permiten determinar la anatomía y la función del ano y recto, lo cual es indispensable para determinar el tratamiento y pronóstico del paciente. Pregunte a su médico cuáles de estos estudios requiere usted, como se hacen y para qué sirven; también puede revisarlos en la sección de Estudios Especiales del menú de Información para Pacientes.


Muchos casos se pueden curar y otros no, pero lo seguro es que, al menos, el paciente mejorará bastante, con lo que recuperará su calidad de vida.

Muchas personas, principalmente mujeres, piensan que la incontinencia es algo “normal después de tener hijos” y que no hay más remedio que acostumbrarse a vivir así. Por supuesto, esto es totalmente falso.

Es importante que el paciente este consciente que quizá no siempre puede regresar a “lo normal” o “a como era antes”, pero esto no significa que el resultado no sea bueno. Le aseguramos que, al final, se sentirá mejor.


Antes que nada, debe saber que es una enfermedad difícil y que el tratamiento depende de la causa de la incontinencia. Puede ser con dieta, con ejercicios de rehabilitación para darle más fuerza a los músculos (biorretroalimentación), con estimulación nerviosa (neuroestimulación sacra), o con cirugía, entre otras. Cada una de éstas tiene indicaciones y cuidados precisos. Su médico le indicará cual es el método que usted necesita.


Consiste en realizar una serie de ejercicios de rehabilitación con los músculos del ano para darles mas fuerza. Los ejercicios se realizan con un terapeuta especializado en varias consultas; en general una cita cada semana por 8 semanas. Éste método puede ser usado sólo, o bien, antes o después de una cirugía para mejorar los resultados de ésta.


Consiste en colocar un implante bajo la piel, semejante a un marcapasos para el corazón, que va a enviar electricidad para activar los nervios del ano, mejorando así la función muscular. Es uno de los mejores métodos que existen actualmente para el tratamiento de la incontinencia. Su principal desventaja es que es caro.


Dependiendo lo grande que se encuentre la lesión de los músculos del esfínter anal, se puede reparar el sitio donde el músculo se encuentra cortado para que así vuelva a funcionar. Esta cirugía se llama Plastía de Esfínter Anal o Esfinteroplastía. En casos muy severos, lo único que se pude ofrecer para mejorar la calidad de vida del paciente es realizar una colostomía.


Consiste en una cirugía para colocar un implante en el ano que funciona como un globo; se llena de liquido para inflarlo y que funcione como tapón, y se vacía el líquido para permitir la salida de la materia fecal. Esto es bastante parecido a la función normal del ano; desafortunadamente, éste método es caro y fracasa en más de la mitad de las personas en que se utiliza.


Consiste en colocar el intestino grueso directamente en la pared abdominal del paciente. La materia fecal es recogida en una bolsa que está adherida a la piel del paciente y se vacía cuando es necesario, de ésta manera, el paciente puede controlar sus evacuaciones. Éste tratamiento permite que el paciente pueda recuperar su confianza y su vida. La colostomía no es un impedimento. Los pacientes pueden realizar ejercicios pesados, nadar en albercas, trabajar, salir a divertirse, etc. Le recomendamos que lea la sección de Atención a Pacientes con Colostomía en el menú de “Servicios”  para aprender más al respecto.


Acuda a consulta con un médico especialista en Coloproctología debidamente certificado para tener un diagnóstico de certeza y tratamiento apropiado.

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