Piedras en la Vesícula Biliar (Colecistitis)

Colecistitis es la inflamación de la vesícula biliar. La causa más frecuente de que esto ocurra es que haya piedras en la vesícula, aunque no es indispensable pues existen muchas otras causas de inflamación de la vesícula biliar.


Después de comer alimentos grasosos (leche, huevo, aguacate, etc.), los pacientes tienen dolor abdominal de inicio súbito, constante, intenso, localizado bajo las costillas del lado derecho, y que se va hacia la espalda o el hombro del mismo lado; hay náuseas y/o vómito y, en casos más avanzados, fiebre. Al principio, el dolor puede ser controlado con medicamentos pero llegará el momento en que ya no será posible.

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Es indispensable realizar un ultrasonido de hígado y vías biliares para el diagnóstico. En este estudio se puede observar si la vesícula está inflamada y si tiene piedras. También puede ayudar a sospechar si hay piedras que se salieron de la vesícula y se quedaron atorados en los conductos de las vías biliares (coledocolitiasis).


No hay medicinas para deshacer las piedras de la vesícula. La cirugía es el único método seguro.

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Para curar está enfermedad es necesario quitar la vesícula mediante cirugía. Lo ideal es que sea una cirugía programada y en un momento en que no haya dolor; sin embargo, a veces es necesario realizar una cirugía de urgencia. En la actualidad existen dos métodos para hacerlo: con cirugía tradicional (con cortada en el abdomen) y con cirugía laparoscópica (usando cámaras y pinzas que se introducen en el abdomen a través de cortadas muy pequeñas). Su médico le podrá explicar a mas detalle en qué consisten estos procedimientos, cual es el más adecuado de acuerdo a su caso y si se requiere realizar algún procedimiento adicional.

A nivel mundial, la opción preferida para retirar la vesícula biliar es mediante laparoscopía dado que duele mucho menos, tiene menos riesgo de infección y hernias, permite una recuperación más rápida y es sumamente efectiva.


Todos los procedimientos quirúrgicos tienen riesgos. Afortunadamente, la cirugía de la vesícula es muy segura si la realiza un cirujano capacitado y certificado. En la actualidad, a nivel mundial, sólo hay complicaciones en una persona de cada 1000 que se operan de forma no urgente. Cuando se trata de una cirugía de urgencia, los riesgos aumentan.


De acuerdo al caso, el paciente pude irse a su casa el mismo día o permanecer uno o dos días hospitalizado. La cirugía laparoscópica permite una rápida recuperación (10 días) y un aspecto estético muy bueno. La cirugía convencional requiere de más tiempo de recuperación. Una vez que el paciente se haya recuperado, podrá volver a comer los alimentos que antes le ocasionaban el dolor y tener una vida completamente normal.


El paciente presentará cuadros de dolor cada vez más y más frecuentes, inclusive diario. Si la inflamación es muy severa, la vesícula se puede infectar, gangrenar y romperse (sobre todo en pacientes diabéticos), lo que puede ocasionar la muerte. También es posible que las piedras más pequeñas se salgan de la vesícula, pudiendo atorarse en otro lugar y ocasionando otras enfermedades más graves (coledocolitiasis, colangitis, cirrosis, pancreatitis, etc.).


A nivel mundial, esta situación ocurre hasta en 12 de 100 pacientes. No es una negligencia, simplemente los estudios preoperatorios no dieron información que hiciera sospechar de esta situación. El tratamiento consiste en retirar las piedras de los conductos en la misma cirugía. Para hacer está exploración de las vías biliares se requiere de más tiempo quirúrgico y se deja una sonda de drenaje en los conductos de las vías biliares; dicha sonda sale a través del abdomen del paciente y se retira en un mes, previa realización de un estudio radiográfico para corroborar que todo esté bien.


Esta situación no es frecuente pero puede ocurrir, sobre todo si no había síntomas, estudios preoperatorios o hallazgos quirúrgicos que sugirieran esta situación. Muy pocos pacientes requerirán una segunda cirugía ya que habitualmente el problema se resuelve sin cirugía retirando las piedras con un estudio llamado Colangio-Pancreatografía- Retrógrada-Endoscópica (CPRE), en el que se introduce una manguera por la boca de una forma muy similar a una Endoscopia.


Acuda a consulta con un médico especialista en Cirugía General debidamente certificado para tener un diagnóstico de certeza y tratamiento apropiado.

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