El síntoma principal son las agruras y dolor ardoroso detrás del pecho. Si se afecta las vías respiratorias puede haber dolor de garganta, ronquera e infecciones frecuentes de garganta, bronquios y/o pulmones.

Un interrogatorio cuidadoso puede orientar hacia el diagnóstico, sin embargo es necesario realizar, como mínimo, una endoscopía. De acuerdo al caso, puede ser necesario realizar una Serie Esófago-Gastro-Duodenal, una manometría esofágica, una pH-metría (medición del grado de acidez) o una gammagrafía.

En la actualidad, la mayor parte de los pacientes pueden curarse con medicamentos, dieta y seguir unas sencillas recomendaciones. En el caso de que haya una gastritis asociada se dará el tratamiento apropiado. Algunos pacientes requieren forzosamente de la cirugía para controlar sus síntomas (ya sean de reflujo o de infecciones frecuentes de las vías respiratorias); otros pacientes eligen la cirugía para ya no tomar tantos medicamentos. La cirugía es forzosa para tratar las complicaciones de estenosis esofágica y esófago de Barrett.

En la actualidad, la cirugía anti-reflujo se realiza por laparoscopía (pequeñas incisiones de 1 cm en el abdomen, por donde se introducen cámaras y pinzas para operar). Aunque hay muchos tipos de cirugías anti-reflujo (su médico le indicará cual es la mas recomendable para su caso), la más usual es la Fundulpicatura Nissen en la que se “enreda” el estómago en la parte distal del esófago para aumentar la presión del esfínter esofágico inferior y que, de esta forma, ya no se regrese el alimento.

Esta cirugía consiste en varios pasos:

1. Regresar el estómago hacia el abdomen (normalmente el estómago está herniado hacia el tórax).
2. Reparar la hernia hiatal (cerrar el orificio para que el estómago u otro órgano no se desplace nuevamente hacia el tórax).
3. Suturar el estomago alrededor del esófago para aumentar la fuerza del esfínter esofágico inferior y evitar el reflujo.
4. Fijar la cirugía al músculo diafragma para evitar que se regrese nuevamente hacia el tórax.

Las  más frecuentes son: esofagitis, estenosis esofágica y esófago de Barrett.

Es la inflamación del esófago por el contacto con los ácidos gástricos. Hay casos leves y casos severos, sin embargo, la mayor parte de ellos pueden ser tratados sólo con medicamentos.

Ocurre en casos de reflujo severo de mucho tiempo en los que hay múltiples episodios de esofagitis que, al paso del tiempo, producen cicatrices dentro del esófago dejándolo finalmente muy estrecho, impidiendo el paso adecuado de los alimentos. Esta complicación requiere de cirugía para resolverla. Su médico le explicará el tipo exacto de cirugía que usted requiera de acuerdo a su caso.

Éste término se refiere a cuando el cuerpo intenta que el esófago cambie su recubrimiento interno para parecerse más al del estómago y así soportar mejor los ácidos gástricos. El problema es que esto se asocia con la aparición de cáncer por lo que es forzoso realizar una cirugía para controlarlo mientras aún haya tiempo. Para diagnosticarlo se requiere de una biopsia (tomar una pequeña muestra de tejido y analizarla).

El reflujo duodeno-gástrico es también llamado reflujo biliar o gastritis alcalina. Ocurre por un tipo de reflujo especial. En este caso el reflujo ocurre desde la primera porción del intestino delgado (duodeno) hacia el estómago y, posteriormente hacia el esófago. En el duodeno hay bilis y líquido pancreático, y estas substancias queman intensamente al estómago y esófago.

Aunque hay medicamentos para tratar ésta enfermedad (ácido ursodesoxicólico, sucralfato y omeprazol), se requiere de cirugía con más frecuencia ya que los síntomas y complicaciones son más frecuentes y más severos. Las cirugías que se realizan son variadas de acuerdo a la situación específica del paciente. Su médico le indicará cuál es el mejor tratamiento para su caso.